Edelman has managed to increase its revenue by 2.1% in a climate of business stagnation

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Edelman, the world’s largest communications consultancy, managed to increase its revenue last year by 2.1%, reaching 893 million dollars, according to holmesreport.com.

By region, North America registered the highest growth (+3.3%) and contributed 65% of the total turnover; while Europe slightly decreased its revenue as a result of Brexit, remaining at 161 million dollars (Spain contributed around 7 million euros).

The global year-on-year increase represents a slight improvement compared with 2016, when the independent firm increased its turnover by 1.7%. Despite this, the consultancy firm continued to hire personnel, as its workforce increased to 5,940 employees, constituting an increase of 0.6%.

In any case, the low growth registered by Edelman in the last two years contrasts with the double-digit pace established in the previous five years, which allowed it to position itself as the world’s largest communications consultancy in terms of revenue, despite not belonging to any of the big multinational groups.

Better than the competition

The fact of the matter is that this stagnation with respect to revenue is common in most of the specialised firms. In this respect, the second largest of them, Weber Shandwick, already revealed that its business was formalised last year; while Omnicom PR recorded marginal growth.

Regarding this situation, Richard Edelman, CEO of the agency that bears his name, confirms that the sector is being subjected to “a lot of pressure”, although he is glad that his group outperformed the growing competition during 2017.

Edelman refers to the containment of spending of large companies in the field of communication, especially those engaging in the sale of consumer goods. But the executive refuses to let this low growth situation be “the new norm in the sector”. The director believes the industry should accelerate its reinvention if it expects to access the marketing budgets of companies. “We’re going to have to compete with advertising agencies and with digital companies. They are entering our world: our competitors are no longer just Weber Shandwick and Ketchum”, he insists.

Richard Edelman calls for a restructuring of the industry before the arrival of new competitors, such as advertising and digital agencies.

In fact, this reconversion of Edelman has already begun, with the hiring of profiles more aligned with advertising: it has hired more than 600 planners and creative personnel in recent months.

Adaptation to the new times that, according to Edelman, will also come due to the social world, in a context in which the media have fewer and fewer journalists on their staff and, therefore, it requires less effort by companies specialising in public relations.

For 2018, the forecasts are somewhat more optimistic. Especially after Edelman was awarded the Nissan contract last year, the biggest client it procured in 2017.

 

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunciaba este miércoles una reflexión para decidir si continúa al frente del Ejecutivo. Lo que está claro es que, de momento, no puede disolver las Cortes antes del 30 mayo, transcurrido un año de la anterior disolución. Eso sí el presidente tiene en su mano someterse a una cuestión de confianza en el Congreso, lo que no requiere mayoría absoluta. Otra opción sería ceder la Presidencia a otro socialista, pero eso implicaría un nuevo proceso de consultas del Rey y organizar otra investidura que, con el mapa político actual, exigiría muchos acuerdos y complicidades. La posibilidad de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, renuncie al cargo abre un escenario incierto con muchas incógnitas pero que en su mayoría tienen respuesta en la Constitución y la ley electoral PODRÍA CONVOCAR ELECCIONES Podría, pero tendría que esperar como pronto hasta el próximo 31 de mayo, para convocar elecciones generales. La ley impide que el presidente disuelva las Cortes antes de que pase un año de la anterior disolución, que fue el 29 de mayo de 2023, tras la victora del PP en las elecciones muncipales y autonómicas. A partir de esa fecha podría aprobar el decreto de disolución y convocatoria de elecciones, que se celebrarían pasados 54 días. Ello llevaría las elecciones a las últimas semanas del mes de julio. La ley no establece que tengan que celebrarse en domingo, pero si así fuera, lo más probable es que se fueran al 28 de julio. Y todo ello cuando ya hay un horizonte electoral en el calendario: 12 de mayo elecciones catalanas y 9 de junio los comicios al Parlamento Europeo. Eso sí, en este escenario habría opción de aprobar definitivamente la Ley de Amnistía que el PSOE pactó con los indepentistas de Junts y ERC y que actualmente está parada en el Senado. PODRÍA DIMITIR Y DAR PASO A UNA CUESTIÓN DE CONFIANZA Si entiende que no le «merece la pena» seguir, como desliza en su carta a la ciudadanía, Pedro Sánchez podría dimitir para dar paso a que otra persona se someta a una sesión de investidura. Así lo hizo el presidente Adolfo Suárez cuando dimitió a principios de 1981, pero entonces la UCD tenía apoyos claros para promover un candidato que pudiera superar la investidura, Leopoldo Calvo Sotelo, que le sucedió. El artículo 101 de la Constitución Española tiene previsto el escenario de una dimisión o fallecimiento del presidente del Gobierno o de una pérdida de confianza parlamentaria, como podría ser una moción censura. En este supuesto de dimisión, la candidatura ya no sería decisión suya, sino del Jefe del Estado, que tendría que abrir una nueva ronda de consultas en Zarzuela y proponer a quien viera con más apoyos, mientras el resto del Gobierno seguiría en funciones. Ello significa que el Gobierno estaría limitado en sus atribuciones, sin capacidad para legislar, al igual que sucede pasadas las elecciones generales y antes de elegir al nuevo Gobierno. La última investidura de Pedro Sánchez costó meses y el PSOE tuvo que pactar con media docena de partidos para superar el no de PP, Vox y UPN. Se prometieron medidas como la ley de amnistía, traspasos de competencias o la ampliación del uso de las lenguas cooficiales. Abrir de nuevo esas negociaciones con el actual hemiciclo y con el mapa catalán revuelto tras las autonómicas, sería complicado para los socialistas. PODRÍA PEDIR LA CONFIANZA DEL CONGRESO SIN NECESIDAD DE MAYORÍA ABSOLUTA Pero hay una tercera opción, a priori menos traumática: someterse a la cuestión de confianza, un procedimiento regulado en el artículo 112 de la Constitución. Allí se establece que el presidente, previa deliberación del Consejo de Ministros, puede plantear ante el Congreso la cuestión de confianza sobre su programa o sobre una declaración de política general. Según el Reglamento del Congreso, la cuestión de confianza tiene que presentarse mediante un escrito motivado ante la Mesa del Congreso y, una vez que se admita se deberá convocar al Pleno para su debate. Su debate es similar a una investidura y la confianza se entenderá otorgada cuando obtenga el voto de la mayoría simple de los diputados, es decir más síes que noes. Por tanto, le bastaría con llegar a los 172 votos para superar a la suma de PP, Vox y UPN, y no precisaría del voto a favor de Junts, pues le bastaría con la abstención. Eso sí, si fuera derrotado en el Congreso se produciría la dimisión y habría que volver al escenario de la ronda de consultas del Rey para una nueva investidura